Sacar a un gato de Egipto era como robar a un faraón, y por tanto un crimen importante.
Tuvieron que pasar muchos años antes de que se pudieran exportar gatos a otros países cercanos.
La única excepción eran los marineros que llevaban a través del Nilo a los gatos en sus barcos.
Y entregaban las mercancias por todo el Mediterráneo y de vez en cuando regalaban un gatito.
Al final se expandieron por el norte y este de Europa.
Algunos gatos llegaron a la India donde donde los vendian y poco después se expandieron por toda Asia.
Otras civilizaciones como los persas, griegos y los romanos expandieron también gatos por todo el mundo.
Hay evidencias que en el valle del Indo intentaron domesticar al actual gato Montés pero lo dejaron como una especie aparte ya que el gato domestico de Egipto empezaba a expandirse.
A partir de ese entonces el gato empezó a ser considerado como un gato de compañía.
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